#AGUSTINOPROBLEMS
En siete días cumplo cinco meses aquí. ¡El tiempo pasa volando! Y el
otro día recordé, de pronto, que tenía un texto a medias para vosotros. Y que
hacía al menos dos meses que no os contaba nada por aquí. Últimamente me está
costando bastante escribir. Escribir y escribiros.
Podría contaros que aquí ya estamos en otoño, pero que aún salgo sin abrigo. Que por las mañanas sigo desayunando palta con huevo – y que, aunque
Jesús se haya ido quince días y nuestros ‘caseros’ le conozcan más él que a mí,
también me dan dos aguacates ‘a sol cincuenta’. Que últimamente hago de
fotógrafa más a menudo. Que, desgraciadamente, se ha cerrado una de las casitas –San
Salvadorcito- por problemas económicos. Que estoy aprendiendo a formular
proyectos (sí, proyectos, pero esta vez de cooperación), y que con suerte sale
adelante el proyecto para jóvenes y adolescentes. Que viví mi primer ‘temblor’
una mañana al levantarme y me impactó un poco. Que seguimos de obras en El
Agustino, con todo lo que eso implica (levantarte con una nueva vereda y quedarte sin agua casi todo el
día -#Agustinoproblems). Que cada vez hay más niños en la casita de Virgen del
Carmen. Y que, por fin, la situación de Miguel y Jose –mis debilidades- ha
mejorado bastante.
Podría escribir un diario de mi ‘rutina’ diaria, y copiarlo aquí. Pero
creo que no se trata de eso.
Y es que cuando todo en el exterior es nuevo, como durante mis tres
primeros meses en Perú, hay mucho que decir y de muchas formas. Pero cuando lo
nuevo empieza a darse en el interior…y el espacio exterior ya se ha convertido
en ‘zona de confort’, es mucho más difícil de expresar lo que nos pasa.
¿Cómo hablaros de éstos últimos meses aquí, cuando lo nuevo se está
dando más dentro de mí que fuera? Pues he llegado a la conclusión de que la
única manera que tengo es hablándoos de lo que relaciona ese interior con el
exterior: mi ‘yo’, y las personas que me rodean- en muchos casos, nuestras
conexiones.
Miércoles de acupuntura.
Hace ya unos dos meses comencé
con mis sesiones de acupuntura. No fue algo planeado. Supongo que Bertha y yo nos encontramos en el
lugar adecuado en el momento adecuado. O, mejor dicho, yo me encuentro donde me
tengo que encontrar. Ella lleva mucho tiempo realizando acupuntura a los
voluntarios que pasan por aquí.
Me habla de la energía, de mi signo, mis animales, mis materiales, mis
troncos, mis raíces, mis características…Un montón de elementos de una cultura…
que me suenan a chino, nunca mejor dicho.
Aspectos de mis 'características´ sobre los que, lo creáis o no, ‘acierta’ de muchas formas. Pero,
sobre todo, me habla del equilibrio.
Yo comencé contándole algunas de las cosas que me pasan. Esas cosas
permanentes aquí, en España, o en la Conchinchina. Esas cosas que, casi todos con
los que tengo alguna conexión, conocéis sobre mí. Esas cosas que implican desde
‘cambios de look’, hasta noches en el hospital. Y ella, al contrario de lo que
yo había pensado siempre, me dijo –y me dice- que no se trata de combatirlo o
atajarlo…si no del equilibrio. Y la verdad, funciona.
Yo, desde que llegué, he re-descubierto el significado de una palabra: conexión.
Conexión:
1. f. Enlace, atadura, trabazón, concatenación de una cosa con otra.
2. f. Acción y efecto de conectar.
3. f. Punto donde se realiza el enlace entre aparatos o sistemas.
4. f. pl. Amistades, mancomunidad de ideas o de intereses.
5. de mi cosecha. Ninguna de las anteriores. O
todas al mismo tiempo.
Ya me habían hablado de las ‘conexiones’ anteriormente. Algún día en
la biblioteca de la Escuela descubrí que hay personas con las que simplemente conectas.
Está la familia, están los amigos, los compañeros, los conocidos…
Grupos que en muchos casos se mezclan, o crecen, o disminuyen, o forman parte
unos de otros. Amigos que son familia, familia que son amigos… Y dentro de esos
grupos de personas están aquellas con las que simplemente, conectamos. Da igual
que nos conozcamos de toda la vida, o que solo nos hayamos visto una vez. Da
igual que sean familia, amigos, compañeros, o conocidos… Son esas personas con
las que, bien sea poco a poco, o bien sea ‘al toque’, compartes algo
inexplicable: una conexión.
Aquí, como os he dicho, he re-descubierto todo eso…y mucho más. Resulta
que las conexiones también se desconectan. Y desaparecen para siempre. O no. Ya
que, si queremos, podemos ‘empalmar dos cables’ y conseguir que vuelvan a
conectar… Y con suerte, que duren años.
Este texto va dirigido a mis conexiones. Las pasadas, las presentes, y
las futuras. Sabéis quienes sois. Y si no lo sabéis, espero antes o después poder
demostraros lo que significáis para mí. Porque los miércoles, cada vez que
tengo mi sesión de acupuntura, no sé por qué, me acuerdo de vosotros. Como si
las agujas conectasen cada parte de mi cuerpo, con los pensamientos de mi
cabeza, que pululan sin orden alguno.
Hoy os quiero hablar, fugazmente, de una de esas personas en las que
pienso en esos momentos, y con las que tengo un tipo de conexión…aunque ahora
no sepa explicaros cuál. Y es esa persona que me ha enseñado, sin saberlo, que
las conexiones, como la amistad… se pueden ‘cultivar’. Hoy es su cumpleaños, y
este es mi regalo: decirte que, a pesar de la distancia, y de que las
conexiones fallen – el wifi de El Agustino sigue siendo todo un reto- quiero
que, sea del tipo que sea la nuestra… dure para siempre.
Y es que la conexión puede existir, aunque casi no nos conozcamos.
Como cuando vamos a un lugar y, sin saber por qué, conectamos con él.
Con su aire, con su naturaleza, con su arquitectura, con su gente…
Hoy, que no sé qué más contaros… aprovecho para enseñaros algunos de
los lugares que me han hecho ‘conectar’ conmigo misma y con los demás, en éstos
meses que llevo ‘acá en el Perú’.
[Para que conozcas un poquito más de mi 'yo' de aquí, y veas que a mí también
me suenan a chino las historias del 'mono' de los nacidos en el 92, pero que aun
así, los miércoles me encantan. Feliz cumpleaños, mi conexión ‘de allí’.]
Algunas fotos de Tingo María, Selva Alta de Perú- Semana Santa 2018:
Vilca y Huancaya, Sierra- 13 y 14 de abril:
Marchauasi.... Abril 2018. Impresionante:
:)






















Que barbaridad Carmen!!! Me he emocionado! Y las fotos son una pasada!
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