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La Empatía del Camaleón

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Siempre andaba entre el cielo y la tierra. Hablaba mucho, pero aprendió a callar. Cuando entraba en aquellos lugares abarrotados de gente, se confundía y agobiaba entre tantos colores, pero poco a poco, se acercaba a una de esas almas brillantes, y su color se adaptaba de manera tan perfecta, que parecía irreal. Sin embargo, cuando el nuevo lugar estaba casi vacío, con sólo un alma dentro, también cambiaba de color, pero a una tonalidad más suave, haciendo que pareciera diferente. Las almas que ya le conocían no acababan de saber cuál era su color, pero lo cierto es que tampoco se lo preguntaban. Asumían que predominaba en una gama de tonos pálidos, a veces grises, quizás crema… aunque la realidad fuera que esos tonos sólo aparecían cuando él sin querer percibía que otras almas brillaban más que la suya. En algunas ocasiones era diferente. Había almas que, de lo brillantes y maravillosas que eran, habían hecho de su color un verde intenso esperanzador nada más mirarse. O un...

WHEN I'M SIXTY-FOUR

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Este blog, en pausa desde hace un año, y comenzado hace dos, me servía para contar de alguna forma, mis experiencias 'en terreno'. Ahora el 'terreno' ha cambiado. Y aunque mi corazón sigue estando en Latinoamérica, mi cuerpo está en mi casa. Mi 'yo' lucha constantemente en diferentes espacios, llenos de sentimientos, personas, lugares, miedos, sueños... y recuerdos. Hoy comparto con vosotros un pequeño texto que escribí en el año 2015. Espero que os guste. El Arce y la Secuoya del jardín, sin hojas todavía este año. Cuento veintinueve ramas sobre mi cabeza. Cada una de las cuales tendrá unas diecinueve ramas sucesivas saliendo de ellas. Con sus ocho o nueve ramitas secundarias…divididas en otras seis o siete, con unas cuatro o cinco hojas cada una. Lo que me lleva a estar debajo de vaya-usted-a-saber-cuantas hojas de un verde intenso, grandes y pequeñas, que forman una gran masa sobre mis ojos, junto con las del otro extremo de la hamaca, formado por...

15

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‘Todo el mundo debería tener fecha de caducidad. Tal día sabes que se te acaba la batería, y listo’- escuché decir a un señor en lo que solía ser la línea 15 de autobús, ya en Valladolid. Era también en la línea 15 donde me quedaba anonadada durante horas (bueno, 45 minutos que duraba el viaje) viendo los reflejos en los cristales de todos los personajes que llenaban el bus a las 7 de la mañana, camino del colegio. Me encantaba preguntarme cómo se generaban esos reflejos que hacían que yo viera sus historias, sin ser vista. Creo que, si no hubiera terminado estudiando arquitectura, óptica habría sido otra de mis múltiples opciones... ¿por qué no? Sin embargo, lo cierto es que el mundo de la arquitectura también me ha dejado anonadada muchas veces. Recuerdo cuando percibí por primera vez los conceptos de simetría y contraste al mismo tiempo. Fue en una plaza en Budapest, Ferenciek Tere, donde dos edificios completamente simétricos eran la antesala de la calle que desembocaba en ...

LA OTRA MITAD DEL AÑO

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De lo que me ha pasado en los últimos seis meses… y que aún no os he escrito. Un barco lleno de hamacas de colores, atardeceres rojizos y aguadito para desayunar, comer y cenar. Una moto-taxi que me llevó por todo Iquitos, y me regaló momentos llenos de fibras de hoja de palmera. Pasar la noche descalza en el Amazonas, y no ahogarme en el intento. Un poquito de Italia en El Agustino, a través de los más grandes. Callao, Monumental. Una noche en Sargento que se convirtió en otras tantas… para no olvidar. Una despedida por omisión llena de amargura, tristeza y rabia. Otra despedida que habla de Uganda y, en alguna terraza, de cooperación. Jornadas de preguntas y ¿respuestas? Sustos que vuelven cuatro meses después, y se quedan en eso, sustos. Entrenamientos llenos de nombres nuevos, que se olvidarán de mí en un par de semanas. Croquis de la Casa Agus, que no pasan de cuatro papeles y un jugo de frutas. Cerros desde otro punto de vista. Charlas llenas de peces...

#AGUSTINOPROBLEMS

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En siete días cumplo cinco meses aquí. ¡El tiempo pasa volando! Y el otro día recordé, de pronto, que tenía un texto a medias para vosotros. Y que hacía al menos dos meses que no os contaba nada por aquí. Últimamente me está costando bastante escribir. Escribir y escribiros. Podría contaros que aquí ya estamos en otoño, pero que aún salgo sin abrigo. Que por las mañanas sigo desayunando palta con huevo – y que, aunque Jesús se haya ido quince días y nuestros ‘caseros’ le conozcan más él que a mí, también me dan dos aguacates ‘a sol cincuenta’. Que últimamente hago de fotógrafa más a menudo. Que, desgraciadamente, se ha cerrado una de las casitas –San Salvadorcito- por problemas económicos. Que estoy aprendiendo a formular proyectos (sí, proyectos, pero esta vez de cooperación), y que con suerte sale adelante el proyecto para jóvenes y adolescentes. Que viví mi primer ‘temblor’ una mañana al levantarme y me impactó un poco. Que seguimos de obras en El Agustino, con todo lo que eso...

SILENCIOS

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Había momentos en los que sólo se escuchaba el silencio de los pájaros y el ruido del mar, que, en realidad, eran las hojas de todos los árboles bailando con el viento. Balanceándose igual que yo, con los ojos cerrados, en la hamaca de rayas que colgaba entre el arce y la paulonia de casa, en El Pinar. Y de vez en cuando, muy de vez en cuando, -cada vez menos-, diría que hace mucho tiempo, y sólo alguna vez; se escuchaban los disparos de algún vecino con la escopeta. Ahora sé cómo suena una escopeta. Cuando empecé con este pequeño blog no pensaba que fuera a ser tan complicado escribir. O, mejor dicho, escribiros. Porque no nos engañemos… escribir para uno mismo es más sencillo. Sin embargo, me cuesta pensar que contaros. No sólo por no saber por dónde empezar –o seguir- si no por tener que poner límites a mi cabeza, y a mis manos. En la terracita del Peni, en el salón de casa, o en la mesa de la cocina en una ‘arnunciada’… lo soltaría todo (o casi). Pero aquí cuesta más. ¡Y es...

POR SUS NOMBRES

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‘¡Hermana!’, ‘Miss’, ‘Profesora’, ‘Señora’ y, con suerte, ‘Mis Carmen’-cuando no es ‘Mis Carne’. Así es como me llaman los niños de los distintos programas en los que trabajo: Programa Casitas, y la Escuela Socio Deportiva MLK. Utilizan una u otra forma dependiendo de la zona de El Agustino donde vivan, y de cómo les hayan educado. Pero es el sustantivo de ‘hermana’ el que más me llama la atención. Lo dicen los niños de Terrazas-Amauta como muestra de “educación y respeto”, me explican. Más me parece un síntoma del gran cacao mental que tienen respecto a sus ‘mayores’. Confusión generada, probablemente, por la mezcla (o mixtura ) de gente que les trata. Ya que los voluntarios y las educadoras, adquirimos en sus cabezas la categoría de sus ‘hermanas’ y ‘hermanos’, que son las religiosas y los religiosos de su iglesia misionera mundial . Sin embargo..., - “Dime, mijo, ¿Cómo te dice tú mamá? ­ (…) Cuando no está enojada conmigo… me dice… Napito. (…)” ¹ - los nombres son importante...